Este movimiento de renovación pedagógica surge en el siglo
XIX, aunque sus antecedentes se remontan al siglo XVI (cabe destacar a Erasmo
de Roterdam, al humanista español Luis Vives, los trabajos de Fenelon y el
Emilio de J. J Rousseau).
Sus principales pedagogos fueron John Dewey, Adolphe Ferriére, María Montessori, Paulo Freire, Roger Cousinet, A. S. Neil, Célestin Freinet y Jean Piaget, entre otros.
Sus principales pedagogos fueron John Dewey, Adolphe Ferriére, María Montessori, Paulo Freire, Roger Cousinet, A. S. Neil, Célestin Freinet y Jean Piaget, entre otros.
Los nuevos pedagogos denuncian las desventajas de la
educación tradicional: pasividad, la educación centrada en el programa y en el
profesor, superficialidad, enciclopedismo, verbalismo.
Se basa en la psicología del desarrollo infantil, y se
impuso como obligación tratar a cada alumno según sus aptitudes. Postula
como principio que la infancia y la juventud son edades de la vida que se rigen
por leyes propias distintas a las necesidades del adulto. No hay aprendizaje
efectivo que no parta de alguna necesidad o interés del alumno, ese interés
debe ser considerado como el punto de partida para la educación.
La relación maestro-alumno sufre una transformación en la
Escuela Nueva. La relación de poder-sumisión propia de la Escuela Tradicional
se sustituye por una relación de afecto y camaradería. El maestro se
convierte en un auxiliar del libre y espontáneo desarrollo del alumno. La
autodisciplina es muy importante en esta nueva relación, el maestro cede el
poder a sus alumnos para que lleguen a comprender la necesidad de elaborar y
observar reglas. No son impuestas desde el exterior, sino que son reglas que
han salido del grupo como expresión de la voluntad general.
La educación se entiende como un proceso para desarrollar
cualidades creadoras en el alumno.
Si hay un cambio en los contenidos, también debe darse un
cambio en la forma de transmitirlos. Se introducen una serie
de actividades libres para desarrollar la imaginación, el espíritu de
iniciativa, y la creatividad . No se trata sólo de que el estudiante
asimile lo conocido sino que se inicie en el proceso de conocer a través de la
búsqueda, de la investigación, respetando su individualidad. Esto hace
necesario tener un conocimiento más a fondo de la inteligencia, el lenguaje, la
lógica, la atención, la comprensión, la memoria, la invención, la visión, la
audición, y la destreza manual de cada alumno, para tratar a cada uno
según sus aptitudes
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A lo largo del tiempo, Escuela Nueva ha demostrado
resultados destacados en el mejoramiento de las capacidades los estudiantes,
docentes y en general la comunidad educativa. Ha mejorado las tasas de
promoción de la escuela, el desempeño y la autoestima de los alumnos, la
convivencia en el aula, la satisfacción de los maestros, el apoyo de las
autoridades locales y los vínculos con la comunidad. Así mismo, ha logrado
mantener el concepto de participación social transversal a todo el modelo
promoviendo la importancia del clima escolar mediante el fortalecimiento de los
valores colectivos en el aula.
Dentro de los resultados más destacados se encuentra el
aprendizaje colaborativo: los niños y niñas que asisten a Escuelas Nuevas
desarrollan habilidades para escuchar, cooperar y llegar a acuerdos.
Adicionalmente, se desarrollan valores y habilidades de auto gestión y auto
regulación a través de la experiencia, y logran, de manera vivencial, aprender
a deliberar acciones colectivas con miras a la organización del aula y
desarrollan habilidades de liderazgo, comportamiento democrático y solidaridad.